Falsos mitos sobre los seguros de vida
En algunas ocasiones, cuando una afirmación traspasa fronteras y se va trasladando de un lugar a otro a través del boca a boca de las personas, parece que termina siendo una realidad. No obstante, esto simplemente supone el origen de falsos mitos que terminan no siendo verdaderos.
Esto ha ocurrido con algunos aspectos relacionados con los seguros de vida y, precisamente porque se trata de leyendas urbanas, hoy te contamos cuáles son esas frases que has oído siempre y que no terminas de saber muy bien si son ciertas o no.
- No es necesario contar con un seguro de vida. Muchas personas que no cuentan con personas a su cargo no tienen pareja o familia creen que no es preciso contar con este tipo de producto. Sin embargo, seas soltero, tengas hijos o no, el seguro de vida es muy importante para cualquier persona porque no solo cubre el fallecimiento o la invalidez sino que, además, están cubiertas otras contingencias ante cualquier percance.
- El seguro de vida solo cubre fallecimiento e invalidez. Es cierto que estas son las coberturas más conocidas. Aunque, además de estas, existen otras adicionales como pueden ser la asistencia psicológica o la asistencia médica o legal.
- Los precios de los seguros de vida son muy altos. Esto depende de numerosos aspectos. Los seguros de vida permiten adquirir numerosas coberturas y el precio dependerá básicamente de tu edad y la cuantía de indemnización que quieras recibir en caso de que suceda algo, lo que se denomina el capital asegurado.
- El seguro de vida es más barato para las mujeres. Desde 2012 el Tribunal de Justicia Europea prohibió la discriminación por género en el precio de contratación de este tipo de pólizas. Por tanto, las mujeres pagarán exactamente lo mismo por sus pólizas de vida que cualquier otra persona.
- Es obligatorio contratar un seguro de vida con la hipoteca. Esta confusión está muy extendida. No es obligatorio en ningún caso la contratación de un seguro de vida vinculado a préstamos hipotecarios, pero sí que es recomendable. Lo importante en cualquier caso es que el seguro de vida cubra el 100% del préstamo para poder hacer frente al mismo si se viesen afectados los ingresos en caso de fallecimiento.